miércoles, 20 de febrero de 2013

Los Muchachos de Jimmy

Los muchachos de Jimmy tenían algún tipo de fijación con esos cabrones. Intentaba no hacer demasiadas preguntas, ni siquiera husmear un mínimo, ese tipo de cosas suelen acabar matándote en los sitios en los que suelo moverme. Sólo eres un puto espectador más, te sientas en tu butaca de terciopelo en primera línea y, mientras te abres una bolsa de chips, esperas enterarte de todo lo que va a pasar. Así son las ejecuciones en casa de Jimmy. Sin preguntas.


Últimamente habían dado algún que otro golpe esos chicos. Nuevos en la ciudad, según decían las malas lenguas. Mal hecho. Nadie mueve un dedo en esta ciudad sin pedirle permiso al bueno de Jimmy. Es una putada, pero cuando alguien como él controla, lo único que puedes hacer es cerrar el puto pico y acatar las normas... sino, eres hombre muerto, ¿Sabes a qué me refiero?.

Cuando las cuchilladas están a la orden del día y robar tiendas se convierte en robar bancos, entonces es cuando se enteran los muchachos. Así llamamos a los hombres de Jimmy, ellos son sus brazos y sus ojos. ¿Quién sino? La burocracia es cosa del gobierno. Unos silenciadores, un maletero espacioso, un par de buenas alfombras y cuatro pesos de 80 KG. En esta apestosa ciudad el puerto está plagado de arrecifes y no son precisamente de maldito coral...